De fiesta en fiesta, y sin echar ni una siesta

19 de Enero
Cruzar la frontera entre Vietnam y Camboya en barco, ha sido una experiencia nueva para PROYECTO VIVI.

22$ y una hora de espera han sido suficientes para dejar atrás Vietnam y continuar por el Mekong ya en aguas camboyanas.
Cada vez que cambias de país, cambian muchas cosas: paisajes, gentes, costumbres, moneda… Nosotros ya nos habíamos acostumbrado a los dongs, que es la moneda de Vietnam, y ahora no solo tenemos el real, moneda de Camboya, sino que se une el dólar. 

Este país trabaja con estas dos divisas, así que los primeros momentos son un tanto liosos.
En Phnom Penh, nos espera Nerea, una amiga de Bilbao, que se encuentra aquí trabajando.

Nos alojamos en su casa, y salimos a cenar y a disfrutar de un concierto, el Gipsy, por supuesto también degustamos la cerveza en un nuevo país.
La mañana siguiente, decidimos cambiar a un hotel, la falta de colchones hizo un poco dura la noche, aunque Nerea, MILA ESKER por tu hospitalidad, PROYECTO VIVI, te abre las puertas de su casa también, ya sabes dónde estamos!
Con un calor y humedad asfixiantes, decidimos visitar la Silver Pagoda y el Royal Palace, se nos impide entrar, porque llevamos camisetas de tirantes. ¡A quien se le ocurre ir en tirantes con 35º a la sombra! Cambiamos el plan y nos dirigimos al Central Market, típico mercado asiático donde puedes encontrar cualquier cosa.
Es viernes, así que junto a Nerea y sus amig@s, descubrimos la fiesta en la capital. Parece mentira que nos encontremos en Camboya, cuando entramos a los bares y solo podemos ver occidentales.
Llevamos varios días en que la resaca es una compañera más de viaje, mira que la intentamos dejar de lado, pero siempre acaba por encontrarnos.

Sin darnos casi cuenta, ya estamos otra vez en faena, una compañera de piso de Nerea regresa a su país y ha organizado un viaje en barco, al cual estamos invitados, navegamos por el Mekong y el Tonle Sap,

como curiosidad decir que en la época de lluvias, el Mekong baja con tanta fuerza, que empuja al Tonle Sap, haciéndole que su dirección cambie, y se dirija no hacia la desembocadura, sino, hacia su nacimiento.
Una vez más, no falta la cerveza, disfrutamos de una maravillosa puesta de sol y de la compañía de gente de todas partes del mundo.

La fiesta continúa hasta altas horas de la mañana,


de nuevo sabemos que a la mañana siguiente disfrutaremos de la compañía de nuestra amiga…LA RESACA.
Último día en Phnom Penh, mientras Adam decide ir a ver la Silver Pagoda y el Royal Palace,

nosotros nos decantamos por el museo del genocidio, lugar en el que fueron asesinados y torturados miles de camboyanos.

Disfrutamos de la última cena en compañía de nuestra amiga de Santutxu y sus amig@s, nos despedimos con un…hasta luego Phnom Penh,

Kep nos espera.

"Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años".

-- Abraham Lincoln -- 

Kep, Kampot e inmersión!

23 enero 2012

Dicen que después de la tempestad viene la calma. Para nosotros, alejarnos del ajetreo de los días anteriores y bajar hacia el sur, concretamente a KEP, fue la mejor salida para relajarnos un poco.


No resultó una zona de playa como esperábamos, así que había que buscar algún plan alternativo. No pudimos acertar más de lleno cuando alquilamos unas bicis destartaladas. Salimos del pueblo para adentrarnos en un parque desde donde había buenas vistas de la costa.

La sensación de paz y libertad a cada pedalada era algo fuera de lo normal. A mitad de camino, encontramos un resort perdido en mitad de la selva, donde hicimos un pequeño descanso.

Comimos pescado fresco en el Crab Market mientras desde la terraza veíamos como pescaban frente a nosotros. Es todo un espectáculo observar a la gente local en este mercado junto al mar.





Continuamos nuestro agradable paseo en bici por la carretera junto al mar y contemplamos una buena puesta de sol.



Nos dirigimos más hacia el oeste y la siguiente parada es KAMPOT. Otra ciudad tranquila con nuestro hotel junto al río.


Nos hablaron de una zona de rápidos y pozas para bañarnos, pero al llegar allí con nuestras bicis, se puso a diluviar, así que solo pudimos resguardarnos de la lluvia y esperar.



Al día siguiente queríamos visitar el Secret Lake, pero por lo visto es tan secreto que ni los locales saben dónde está. No dimos con él, pero fue genial el viaje por las aldeas y pasar por lugares con un encanto especial y su gente tan auténtica.





La vuelta resultó un poco accidentada para uno de nosotros con un bache que no debería haber estado en mitad de la carretera.
SIHANOUKVILLE y su playa Serendipity fue nuestro siguiente destino.

Está lleno de turistas, sobre todo gente joven con ganas de fiesta. Aunque parezca mentira, más que los ambientes nocturnos, aquí nos atrajó la tentación del buceo. Tanto fue así, que nos calentamos la cabeza con la idea de realizar prácticas aquí por un tiempo. Tras meditarlo tomando unas cañas a 20 céntimos, decidimos ir paso a paso y sacarnos el “Open Water”. Adam cómo ya lo tiene, decidió hacer el siguiente, el “Advanced”. Un día de teoría y dos en KOH RONG SANLOEM, una pequeña isla a dos horas de la costa, donde estuvimos mañana y tarde sin salir del agua.



Adam incluso tuvo ocasión de hacer una inmersión nocturna.
La experiencia de observar la vida bajo el agua fue espectacular a pesar de que la visibilidad no era muy buena.


Además en la isla coincidimos con un grupo de gente muy maja, estuvimos muy a gusto y fuimos testigos de un gran atardecer. 

Nuestra cabaña estaba a escasos metros del mar y despertarnos con el sonido de las olas nos hizo sentir unos auténticos privilegiados. Nos ha gustado tanto que ya estamos deseando continuar con los siguientes cursos.


Celebramos discretamente nuestros títulos en un garito lleno de turistas y al día siguiente estábamos tan hechos polvo, que decidimos hacer algo que no habíamos hecho hasta ahora en siete meses: NADA. Tirarnos en la arena, tomar el sol y disfrutar del agua a 29º. Relajarse con otro atardecer con una caña en la playa también fue algo memorable.



"La vida no está hecha de deseos y sí de los actos de cada uno".

-- Paulo Coelho --